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Biblioteca Parroquia Santa Madre de Dios

SEXTA CLASE

 

EL CANTO Y LA MUSICA EN LA LITURGIA 

"La tradición musical de la Iglesia universal constituye un tesoro de valor inestimable, que sobresale entre las demás expresiones artísticas, principalmente porque el canto sagrado, unido a las palabras, constituye una parte necesaria o integral de la Liturgia solemne… La Música Sacra, Por consiguiente, será tanto más santa cuanto más íntimamente se halle unida a la acción litúrgica…Además, la Iglesia aprueba y admite en el culto divino todas las formas de arte auténtico, siempre que estén adornadas con las debidas cualidades." (SC 112)

 

"La acción litúrgica reviste una forma más noble cuando los oficios divinos se celebran solemnemente con canto y cuando en ellos intervienen los ministros sagrados y el pueblo también participa activamente." (SC 113)

 

EL CANTO EN LA BIBLIA Y EN LA LITURGIA
El canto es una realidad religiosa en toda la Biblia y, particularmente en todo los Evangelios. El propio Señor acudía a la sinagoga según su costumbre (cf. Lc 4, 16) y allí tomaba parte en el canto de los salmos. En la Última Cena cantó los himnos del rito pascual (cf. Mt 26, 30).

 

espiritualidad biblica: El canto en la Biblia está precedido por el reconocimiento de la presencia de Dios en sus obras de la creación y en sus intervenciones salvíficas en la historia. El ejemplo más acabado son los salmos, que abarcan todas las formas de expresión sonora, desde el grito y la exclamación gozosa hasta el cántico acompañado de la música y la danza (cf. Sal 47,2.7; 81,2; 98,4.6, etc.).

 

 

LOS VALORES DEL CANTO DE LA LITURGIA
Aunque casi nunca surge la pregunta ¿por qué cantamos en nuestra celebraciones?, es bueno dar razones sobre esta actitud.

 

El canto expresa y realiza nuestras actitudes interiores. Expresa las ideas y los sentimientos, las actitudes y los deseos. Es un lenguaje universal con un poder expresivo que muchas veces llega a donde no llega la sola palabra. En la liturgia el canto tiene un función clara: expresa nuestra postura ante Dios (alabanza, petición) y nuestra sintonía con la comunidad y con el misterio que celebramos.

El canto hace comunidad. El canto pone de manifiesto de un modo pleno y perfecto la índole comunitaria del culto cristiano. Cantar en común une. Nuestra fe no es sólo asunto personal nuestro: somos comunidad, y el canto es uno de los mejores signos del sentir común.

El canto hace fiesta. El valor del canto es el de crear un clima más festivo y solemne, ya sea expresado con mayor delicadeza la oración o fomentando la unidad. "Nada más festivo y más grato en las celebraciones sagradas, exprese su fe y su piedad por el canto" (MS 16).

La función ministerial del canto. La razón de ser de la música en la celebración cristiana le viene de la celebración misma y de la comunidad celebrante. La música y el canto tienen dos puntos de referencias: el ritmo litúrgico y la comunidad celebrante. El canto sirve "ministerialmente" al rito celebrado por la comunidad.

El canto, sacramento. Dentro de la celebración, el canto y la música se convierten en un signo eficaz, en un sacramento del acontecimiento interior. Dios habla y la comunidad responde con fe y con actitudes de alabanza; se encuentran en comunión interior. El canto es un verdadero "sacramento", que no sólo expresa los sentimientos íntimos, sino que los realiza y los hace acontecimiento.

  

 

FUNCION MINISTERIAL DEL CORO El coro es ministerialmente un elemento importante para la participación litúrgica en general y para el canto del pueblo en concreto. Todo depende de que se plantee bien su función. No se trata de un coro que suplica o suplante el canto del pueblo asumiendo en solitario las funciones que corresponde a la asamblea. Pero sí de un coro que enriquezca el canto del pueblo que, creando espacios de descanso, fomente la contemplación del ministerio, que ayude a dar un color más propio a cada una de las celebraciones y que finalmente anime el canto de toda la asamblea. Entonces, ¿cuáles serán las facetas del coro?.
·       Enriquecer el canto del pueblo (con facilidad).
·        Crear espacios de descanso que fomenten la contemplación(el silencio es la llave para la escucha de la voz del Señor).
·        Dar un colorido más propio a cada una de las celebraciones del año litúrgico.
·         Animar el canto de la asamblea.

 

CRITERIOS DE SELECCION DE CANTOS EN LA MISA 

canto de entrada
Es la primera expresión de fe, de unidad, del sentido de la celebración y de la alegría de hermanos que se encuentran entre ellos y con su Padre Dios. La liturgia es celebrada por un pueblo, el Pueblo de Dios; cada uno y todos participan según su función propia. Pertenece al pueblo, en este momento, manifestar su fe y sus alegrías.

Debe tener una relación con el tiempo litúrgico o la fiesta que se celebra.

Debe manifestar la alegría del encuentro de un pueblo reunido para celebrar a su Señor.

Es un canto que acompaña la procesión de entrada (conviene que haya una procesión hacia el altar, constituida al menos por el sacerdote y sus acólitos).

 

"Señor ten piedad" y "Gloria"
El canto del "Señor ten piedad" (Kyrie eleison) nos ayuda a expresar que el Hijo conoce nuestra condición humana y que venció el pecado del mundo. El himno del "Gloria" es una hermosa Doxología o alabanza a Dios, fruto de la inspiración poética de las comunidades cristianas primitivas.

 

Estos cantos no son presidenciales: son cantos de la Asamblea. Pueden ser rezados o cantados a dos coros.

El "Gloria" no puede ser reemplazado por otro canto de alabanza.

Debe mantenerse la letra que viene en el Misal, ya que se trata de uno de los más hermosos textos de la iglesia primitiva.

Existen formas de cantarlo sin mutilarlo ni alterarlo, y vale la pena adoptarlas o componer nuevas; e incluso recitarlo debidamente, pero en ningún caso seguir cantando que aunque dice "gloria" no tienen nada que ver con este Himno.

Cantos interleccionales
Nos referimos al Salmo responsorial y al Aleluya (alabad-Yahveh). El Salmo corresponde a la Asamblea que formula su respuesta a la Palabra utilizando las mismas palabras inspiradas por Dios. El Aleluya es un canto de alabanza por el que nos disponemos a escuchar al Señor Jesús que nos habla en el Evangelio.

 

Para que el Salmo cumpla su función litúrgica no debe ser reducido a una simple lectura: normalmente debe ser cantado, por lo menos la antífona a manera de estribillo.

No se debe cambiar el Salmo por cualquier canto religioso: sería empobrecer la Liturgia de la Palabra, ya que el Salmo es un texto bíblico por el cual Dios habla a su Pueblo, y además tiene relación con la lectura bíblica.

Canto de presentación de los dones
Es un canto de la Asamblea que acompaña este momento en el que se ofrece el pan y el vino que se convertirán en el Cuerpo y en la Sangre del Señor.

 

Es un canto que lleve el sentir de la asamblea, que ofrece el esfuerzo realizado en la jornada o semana que culmina.

Debe expresar necesariamente el ofrecimiento del pan y del vino que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre del Señor.

Debe relacionar la vida como ofrenda que se une a la oblación del Hijo por amor.

 

Santo, Aclamación eucarística y Amen
El "Santo" que sigue el Prefacio es la mayor aclamación de la Misa; por eso debe ser el primer canto por orden de importancia. La "aclamación eucarística" es la respuesta de la Asamblea a la monición del sacerdote cuando dice: "este es el sacramento de nuestra fe". Al terminar la Plegaria eucarística, la Asamblea dice "Amén" para unirse a la Doxología expresada por el sacerdote. 

El "Santo" no debe ser cambiado por otro canto religioso; debe conservarse la letra que aparece en el Misal Conviene que la Asamblea responda con el canto a la monición del sacerdote después de la consagración: "...Este es el sacramento de nuestra fe"..

 

La Doxología ("Por Cristo, con Él…) la pronuncia sólo el sacerdote: la Asamblea se une con el "Amen" (puede ser cantado, aunque el sacerdote no hubiera cantado la Doxología).

 

Padre Nuestro, Cordero de Dios

La "oración dominical" puede ser cantada. En tal caso, debe conservarse el texto litúrgico, tal como aparece en el Misal. 

 

Criterios

Lo mismo vale para el "Cordero de Dios". No existe ningún texto litúrgico para el Canto de la paz.

 

Canto de Comunión

Después de las preparaciones y de las insistencias en el Cuerpo de hermanos que formamos en Cristo, resuena la invitación en el Apocalipsis: "Dichosos los invitados a las bodas del Cordero" (19,9): proclama la participación en la Cena Definitiva que la comunión sacramental es participación en el Reino ya presente, de la comunión con Dios.

El canto de comunión empieza cuando comulga el sacerdote y se prolonga mientras comulgan los fieles, hasta el momento que parezca oportuno.

El canto debe expresar, por la unión de voces, la unión espiritual de quienes comulgan, demostrar la alegría del corazón y hacer más fraternalmente la procesión de los que van avanzando para recibir el Cuerpo de Cristo.

El contenido del canto ha de ser propiamente "eucarístico" (agradecer la presencia real de Jesús en el sacramento y la comunión que Él realiza en los hermanos)

Canto de meditación o acción de gracias
En el caso de que se entone un himno después de la comunión ese canto conclúyase a tiempo (para dar lugar a la oración final).

Puede ser un Salmo, un himno de acción de gracias, o algún otro canto de alabanza, pero siempre inspirados en la Sagrada Escrituras (aunque no recoja ningún texto bíblico en particular).

En caso de celebrarse la memoria de las Bienaventurada virgen María, puede entrar en este momento un canto mariano. Lo mismo si es la fiesta de un santo.

En cambio, no sería litúrgico emplear cantos con motivos profanos.

Canto Final
Es preciso que la Eucaristía tenga una conexión con la vida: que salgan las participantes con un compromiso, con una esperanza, con la sensación de haber crecido en la fraternidad y la decisión de dar testimonio en medio del mundo. No es obligatorio cantar al final en caso de hacerlo, debe expresar lo mencionado anteriormente (alabanza, gratitud, compromiso, testimonio).

También puede entonarse un canto profano cuyo tema sea religioso o el himno del santo cuya fiesta se ha celebrado.

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