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Biblioteca Parroquia Santa Madre de Dios

Pastoral Familiar

Principales retos que presenta el mundo de los jóvenes al presbitero

Mons. Juan Abelardo Mata

Nicaragua

 

1. LA GLOBALIZACIÓN

1.1. Estamos Viviendo un Cambio de Época

Considerando el mundo actual de la juventud, constatamos que se da un verdadero cambio de época, en cuanto se viven momentos de "innovación en tanto que se han trastocado los sistemas de valores"; es decir, que lo que hasta hace poco tiempo daba sentido a un modo de ser, juzgar, actuar y valorar, entra en conflicto con otro modo de ser, juzgar, actuar y valorar, que pretende que lo que es estable y firme, ya no lo sea.

Este cambio de época está marcado principalmente por los fenómenos (que también son desafíos) de globalización, de relativismo, de secularismo, de pluralismo religioso, que repercuten, quiérase o no, en la vida de los jóvenes, favoreciendo una creciente y exagerada pérdida de valores, presentándose al sacerdote un verdadero desafío a la hora de acompañar a los jóvenes en la parroquia urbana. Son realidades que desbordan a la hora de actuar, ya que salen de los cauces normales de nuestra atención pastoral.

1.2. El Avance Tecnológico

Es una época de condicionamientos extremadamente exigentes a causa de las aplicaciones tecnológicas del saber o los saberes. Es un momento histórico que busca generar conocimientos y por eso el ser humano transforma sus tecnologías, pero al mismo tiempo se ve transformado por ellas. Por esta razón están cambiando nuestras maneras de percibir las cosas, actuar y valorar, que repercuten en nuestra psiquis y en nuestras vivencias. Se corre a tal velocidad que el que no se mete en el tren corre el riesgo de quedar en el anquilosamiento.

1.3. A Nivel Económico

Constatamos que a nivel económico las grandes empresas trasnacionales hacen del mundo entero un gran taller y un gran mercado, al que concurren todos, pero se corre el riesgo enorme de imponer como ley suprema y única la ley del mercado; de que se acepte el lucro por el lucro, lo cual es una idolatría; y el consumismo por el consumismo, lo que favorece el interés particular de algunos individuos, grupos, naciones en detrimento de las grandes mayorías; como está sucediendo actualmente en nuestros países.

1.4. A Nivel Social y Político

Constamos que a nivel social y político la globalización facilita, profundiza y universaliza el encuentro con los individuos y los grupos humanos, entrañando posibilidades nunca antes vistas. A nivel político, la globalización reclama un gobierno mundial, porque hace emerger la cuestión del bien universal, el cual necesitaría una autoridad única, para la que no estamos preparados, ni las condiciones están dadas; por otra parte, se corre el riesgo y así se ve, que se pretende crear un hombre sin Dios, sin referencia a la trascendencia, más que a la técnica. El hombre sin Dios se diluye. Una sociedad sin Dios se disuelve. Un gobierno sin Dios va a la ruina.

1.5. Humanizarla Mediante el Amor, la Justicia y la Solidaridad

La globalización ha significado para unas pocas vidas y creatividad, avance y realización, pero para una gran mayoría es egoísmo y frustración, exclusión y muerte. La globalización no es ni buena ni mala, será lo que la gente y los impulsores hagamos de ella. E1 reto y desafío es humanizarla, regulándola por la justicia y la solidaridad.

Es un fenómeno que facilita y posibilita el encuentro con los hombres, pueblos y naciones, pero que necesita un alma solidaria que la libere del egoísmo que clausura y margina a la mayoría. Por tanto, el reto es globalizar la justicia, la nueva civilización del amor. Urge un alma solidaria que ayude a favorecer la fraternidad universal de los hijos de Dios.

Este fenómeno está mostrando sus consecuencias buenas y malas que reclaman de la Iglesia y de los jóvenes respuestas correspondientes en la acción misionera.

 

2. RELIGIOSO

A nivel religioso constamos que están produciéndose encuentros significativos entre las grandes religiones a nivel mundial y de los grandes movimientos espirituales. Esto nos hace plantearnos problemas estrictamente religiosos y nos preguntamos: ¿cuál es la concepción de Dios válida para todos los hombres del mundo y de todos los tiempos? ¿Cuál es el verdadero Dios y cuál es la verdadera religión? A este nivel se plantea el fondo de la pregunta y se debe dar la respuesta más profunda, porque el hombre sin Dios se disuelve. La globalización promueve la idolatría del lucro y el dar relevancia a las religiones que favorecen el crecimiento económico, las cuales se rinden al "dios" dinero o capital. También defiende un modelo ético basado en el consenso social y político: así pues, el lucro, el poder y el placer se han convertido en tres ídolos supremos.

2.2. Pensamiento Religioso Débil y Confuso

Cada quien elabora su "dios" según su propio gusto y plasma sus convicciones en la religiosidad Light y en la trivialización de la religiosidad de New Age. Este pensamiento débil y confuso hace que la expresión religiosa no esté ligada a lo institucional o confesional, respondiendo más a un sentimiento religioso que a la búsqueda de Dios como persona, como verdad y fuente de orden social, sino mas bien responde a unas características olísticas, eclécticas y seculares, originándose así un supermercado religioso que desconcierta a los jóvenes.

Este es uno de los grandes desafíos que se nos presentan en estos tiempos, con una característica de difusión global y de conflicto, porque no sólo se trata de enfrentar un problema global, sino un problema religioso como tal.

2.3. Relativismo Religioso

La pregunta fundamental es: ¿existe una religión verdaderamente única? o ¿es que todas las religiones son auténticas y tienen igual validez que las otras? ¿hay que aceptar un relativismo religioso de manera que ninguna religión pueda considerarse como verdadera, sino que todas tengan el mismo valor y puedan subsistir juntas? Este hecho, quiérase o no, afecta negativamente el mundo juvenil y hay que asumirlo con toda la seriedad que implica.

Este pluralismo religioso nos lleva a aceptar que la cuestión no está en que si nuestra sociedad o nuestros jóvenes del tiempo actual creerán, sino en qué creerán frente a un mercado religioso de los que ofertan "el cambio triunfal" de los dioses, que lleva desde las mitologías, religiones y los cultos pre-cristianos, tanto de Europa como de nuestra América, pasando por las religiones orientales, a la magia, al ocultismo y a las sectas satánicas. Esto está aumentando preocupantemente. Ante este mercado de creencias y religiones, donde la fe católica quiere presentarse como una más, alguien decía: "Cuando los hombres dejen de creer en Dios, no es que no crean en nada, sino que creen en cualquier cosa" (cfr. Ex 32).

Estamos en la era del "teoplasma," que es una especie de plastilina religiosa a partir de la cual cada uno fabrica sus dioses a su propio gusto y antojo, adaptándolos a sus conveniencias propias. Hay que plantearse la verdad religiosa.

Si la Iglesia Católica insiste en proclamar que hay una sola religión verdadera, es porque confiesa a Jesucristo como único salvador, al cual hemos acogido con humildad y agradecimiento frente a Quien nos confesamos criaturas y pecadores y a Quien seguimos buscando cada día para crecer en comunión con Él.

 

3. EL SECULARISMO Y CÓMO SE MANIFIESTA

3.1. Creciente Mentalidad Secularista

Constatamos una mentalidad cada día más secularizada que poco a poco ha venido marcando el corazón de los individuos, familias, comunidades y sociedades enteras, en la que hombre y sociedad se bastan a sí mismos: se vive como si Dios no existiera; todo se concibe sin referencia a Dios.

Este fenómeno, que no es otra cosa más que el endiosamiento del hombre, es la falsa idolatría de él mismo, quien ha llegado a no interesarle la pregunta por Dios. La discusión de la verdad de Dios, de su presencia, de su inmanencia, de su absolutidad, de su cercanía, no le interesa. Le importa que Dios no tenga ninguna intervención en sus ideas, ni en sus proyectos, ni en sus acciones cotidianas: el hombre y el cosmos son suficientes.

El secularismo es un desafío mayor porque en el no se discute el tema de Dios: no le interesa, simplemente lo  ignora. No usa la lucha violenta, directa y frontal como los ateismos de los inicios del s. XX. Procede sin combate. Acepta un "dios" que no perturba su estilo. Un "dios" acomodado según a cada quien le convenga. Lo acepta si se incorpora a su mundo como un elemento más de su visión inmanentista. El secularismo no dice que Dios ha muerto, simplemente lo ignora y vive como si Él no existiera.

3.2. Medios de Comunicación: Principales Difusores

Constatamos que los mayores difusores del secularismo, de la mentalidad globalizante, del pluralismo y relativismo religioso son los medios de comunicación, atraídos por la abundancia de los bienes, el bienestar, el consumo, el enriquecimiento y alimentación de su capital mediante la difusión de realidades superficiales, de sensacionalismo, de amarillismo, promoviendo un verdadero libertinaje de expresión. A1 secularismo le conviene que Dios no intervenga en la solución de los problemas del hombre: los problemas del hombre se tratan y se resuelven en la economía, en la política, en los centros científicos y en los medios de comunicación. Lo que le interesa es prescindir y, aunque no de frente, atacar a Dios, ya que este le "ofende."

3.3. La Familia es la más Afectada

Constamos que la institución más afectada por el secularismo es la familia, la cual está siendo profundamente herida por la ideología de género, que pretende que la vida sexual se ubique en el nivel de la elección cultural y no en la integridad físico-espiritual. Esta ideología está promoviéndose y extendiéndose por medio de leyes apoyadas por organismos e instituciones de mucho poder en el orden internacional, produciendo así una violencia cultural y política que pretende desmontar pieza por pieza el edificio de la familia, fundamentada en el matrimonio de un "hombre y una mujer." Utilizando como instrumento la manipulación intelectual, mediante una ambigüedad tecnológica y jurídica, por la cual se pretende relativizar y destruir conceptos, principios y valores, ofrece una gama de semi-verdades o verdades a medias (de genero, derechos sexuales, derechos reproductivos, derechos a decidir), que son verdaderamente un lenguaje confuso y ambiguo, y por ser un lenguaje confuso y ambiguo es un lenguaje de las tinieblas.

3.4. Promotores de la cultura de la muerte

Constamos que estas mentalidades de la globalización y del secularismo promueven una cultura de la muerte, promovida mediante fuertes campañas anti-natalistas a favor del aborto, de la planificación familiar indebida, del divorcio, del sexo libre, creando parejas que no fecundan, haciendo creer a los jóvenes y a la gente que la calidad de vida depende de que haya menos gente, o, en otras palabras, de reducir el derecho de todo hombre a la vida.

3.5. La Conciencia de los Jóvenes Profundamente Erosionada

Asistimos a una cultura en que los jóvenes han vendido incorporando en su "yo" personal una falsa identidad, promovida por algunos medios de comunicación social, que están ejerciendo una influencia dominante en su conciencia, asumiendo en su pensar y actuar mensajes subliminales, ambiguos y falaces (engañosos). Entre ellos señalo solamente algunos: "Todo vale". "Lo que importa es lo que hoy se vive y lo que se experimenta a lo inmediato". "No importa hacia donde se va, lo que importa es disfrutar hoy". "Consumir lo que gusta, no importa lo que se consuma, porque lo importante es consumir". "Lo que importa es vivir lo que se siente". "Pruébalo y ya me dirás". "Todo mundo lo hace, ¿por qué tú no?". "Lo importante es comportarse al estilo de cada quien, creer en el "dios" que le parezca a cada uno."

Vivimos en una cultura donde ciertas mentalidades intolerantes y excluyentes intentan de muchas formas callar la voz de Dios en los jóvenes; quieren hacer de Dios el gran ausente de la cultura, de la vida y la conciencia de ellos.

3.6. Enseñanza de la Iglesia Conforme a la Ley Natural

Constamos que existe cierta oposición o descontento en ciertos sectores cuando la Iglesia ilumina desde el Evangelio temas que afectan la vida y la dignidad humana y acusan a la Iglesia de querer imponer sus ideas y valores confesionales. Pero lo cierto es que estas mentalidades sin Dios no entienden o no quieren entender que lo que la Iglesia enseña no está en contra de la naturaleza, sino que está conforme a la ley natural; es decir, conforme a la naturaleza y dignidad de toda persona humana. En otras palabras, el Evangelio no nos separa del mundo ("no te pido, Padre, que los saques del mundo, sino que en medio de él den testimonio de mi") sino que nos sumerge en él, para transformarlo desde la raíz de la fe, que es la tarea propia, vocación y misión de la Iglesia.

Por último, es en este escenario globalizado y secularizado que constatamos que el egoísmo reemplaza el amor; el individualismo a la solidaridad. Encontramos jóvenes con una voluntad debilitada, con una afectividad capturada por nuevos ídolos, como son la droga, la sexualidad, el alcoholismo, el esoterismo, el secretismo religioso e incluso el satanismo.

Constamos gran número de niños que nacen fuera del matrimonio, jóvenes en uniones libres que nunca se afianzan o que nunca contraen matrimonio eclesiástico. Cada vez son más frecuentes las rupturas conyugales; los compromisos serios y permanentes se vuelven relativos, volubles, marginales, variables, cambiantes y poco firmes.

4. OTROS

Concretamente, en nuestras parroquias urbanas nos encontramos con fenómenos que al mismo tiempo son desafíos para el acompañamiento de los jóvenes. Entre ellos tenemos los siguientes:

Políticos:

Las heridas, el dolor, las secuelas heredadas de la guerra, se han traducido en una tremenda polarización e instrumentación política de los jóvenes. En efecto, proyectos, becas, empleos, huelgas, financiamientos, medios de información alteran o disminuyen la verdad de acuerdo a sus intereses políticos.

Sociales:

 La desintegración familiar, abandono de los hijos, ya sea de parte del padre o de madre.

 Maltrato de los padres hacia los hijos y los hijos hacia los padres de familia.

 Pérdida de autoridad de los padres de familia, tutores o profesores en las escuelas.

 Falta de formación espiritual de los padres hacia los hijos y una falsa autonomía que permite que sus hijos hagan lo que les parezca sin ninguna orientación o formación hacia una jerarquía de valores.

 Matrimonios de hecho a temprana edad y relaciones sexuales irresponsables, divorcios inconvenientes y planificaciones familiares inmorales.

 Violencia intra familiar e infidelidad conyugal debido a la decadencia de los valores humanos en las familias.

 Falta de comunicación entre padres e hijos.

 Ignorancia y analfabetismo, consumismo (moda, alcohol, drogas, etc.) -Baja autoestima en jóvenes, que lleva al suicidio.

 Rebeldía en los jóvenes y dificultad para tratarlos.

 La corrupción en todos los ámbitos que afecta a los jóvenes.

Economía:

 Pobreza y desempleo.

 Trabajos mal remunerados.

Cultural:

Pérdida de valores morales, culturales y religiosas.

El mundo de los Jóvenes Urbanos

 

Mons. Miguel Ángel Morán Aquino

 

INTRODUCCIÓN

La II Conferencia del Episcopado Latinoamericano en el documento de Medellín, invitaba a los pastoralistas a “auscultar atentamente las actitudes de los jóvenes que son manifestaciones de los signos de los tiempos: la juventud anuncia valores que renuevan las diversas épocas de la historia” (Medellín, Juventud, 13).

En Puebla hubo una doble opción preferencial: por los pobres y los jóvenes (Puebla, 1134-1205) como sujetos de la Evangelización en el continente; pero la opción por los pobres, por su actualidad y por las discusiones que suscitó, hizo que la opción por los jóvenes pasara a un segundo plano. Tanto que en Santo Domingo, después de presentar las características de la juventud con sus rasgos negativos y positivos, se reconoce que con frecuencia de quedó en el plano afectivo sin aterrizar a lo efectivo (Santo Domingo, 114); por ello se pide que haya “acompañamiento y apoyo real con un diálogo mutuo entre jóvenes, pastores y comunidades”.

La realidad de la juventud actual y la nueva situación, que se ha presentado con el neo-liberalismo y la post-modernidad, constituyen para el sacerdote nuevos desafíos para su misión a los que debe dar una respuesta. El capital humano de nuestro Continente de la Esperanza aún es joven y “nos compromete a dar una respuesta gozosa y misionera desde la riqueza de la Buena Nueva, a quienes buscan a tientas satisfacer su sed de sentido, de humanidad, de felicidad y de trascendencia” (Documento de Participación: “Hacia la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe”, 32).

Se ha dicho que el joven post-moderno es narcisista, es decir, no escucha a nadie sólo escucha sus deseos, sus gustos... ¿realmente los jóvenes son indiferentes frente a lo social, político, religioso, etc.?

 

1. El desafío de la cultura urbana – postmoderna

Los jóvenes son sensibles a los cambios e influyen en gran medida en su modo de pensar, sentir, percibir y actuar. 

Es evidente la diferencia entre un joven de la ciudad y uno del campo. En la ciudad la vida es más compleja. La mayoría de las vocaciones sacerdotales y religiosas surgen del medio rural.

1.1. ¿Qué entendemos por cultura?

Es la manera como un grupo de personas vive, piensa, siente, se organiza, celebra y comparte la vida.

En toda cultura hay a la base un sistema de valores, de significados, de cosmovisiones que se expresan al exterior en el lenguaje, los gestos, los símbolos, los ritos y los estilos de vida. La cultura abarca toda la vida de las personas y de los grupos. Engloba diferentes dimensiones: el trabajo, la diversión, la relación con Dios y la naturaleza, la búsqueda del desarrollo, la relación entre las personas.

El Papa Pablo VI señaló que “la ruptura entre el Evangelio y la cultura es, sin duda alguna, el drama de nuestro tiempo” (Evangelii Nuntiandi, 20); y el Papa Juan Pablo II presentó la inculturación como uno de los aspectos fundamentales de la acción evangelizadora de la Iglesia (Redemptoris Missio, 52).

1.2. La cultura urbana

La cultura urbana no puede entenderse independientemente de la modernidad que tiene como hechos sociales básicos la industrialización y la urbanización y de sus consecuencias religiosas: la secularización y la desacralización. El sujeto decide lo que es bueno y lo que es malo. Surgen ciertos mitos, entre ellos: el mito del “progreso infinito” como si lo más importante para el hombre fuera el progreso económico y científico. El mito del “Estado” con diferentes matices: napoleónico, totalitario, nazi, fascista, marxista, liberal, etc.

La cultura anterior se sustituye por lo que ofrece la razón, el saber, la tecnología, la ciencia, la democracia y el desarrollo. El nuevo modelo que mueve a la modernidad es el capitalismo. Pero la modernidad no dio respuesta a todos los anhelos, no resolvió los problemas del hombre y fue sustituida por el relativismo, el subjetivismo y el irracionalismo.

El relativismo que considera que todo es válido. Algo es bueno si me gusta y me da placer. Es el fruto de la crisis de las ideologías. Antes el joven, al menos encontraba ciertas visiones totalizantes. Hoy esas visiones (socialista, democrática, liberal, etc.) han entrado en crisis. Las crisis de las ideologías trae como consecuencia un excesivo relativismo, cada cual puede pensar lo que quiera, organizar su vida como quiera. Desafortunadamente, el joven va a encontrarse con los fundamentalismos fanáticos, cerrados.

Todas las condiciones eran propicias para que surgiera el individualismo, el escepticismo y una religiosidad intimista volcada a la satisfacción de los gustos personales e impulsos emocionales (Empresas religiosas). A esto se e llama post-modernidad o anti-modernidad o re-modernidad.

Los jóvenes se encuentran así en una sociedad secularizada, donde ya lo religioso no impone las leyes a los demás sectores (político, económico, social, cultural, científico, etc.).

1.2.1. El utilitarismo

Se considera ético lo que es útil; se busca el máximo rendimiento con el mínimo de costos. El sentido de la vida pasa a un segundo plano. Se pierden los vínculos familiares, la identidad cultural y se cae en el anonimato. El individuo es absorbido por el grupo. 

1.2.2. El consumismo

La sociedad postmoderna tiende a producir cosas en abundancia  y esta producción exige consumo; el consumo a su vez exigen producción...y así sucesivamente. La persona se convierte en un esclavo de la producción. Pero para atraer a los consumidores se “bombardean” los sentidos y los sentimientos con la propaganda; al no tener los medios para satisfacer las necesidades creadas cae en depresión o delinque para poseer lo que desea.

 

2. Características de la cultura postmoderna

 

  • Inmediatismo (compromisos a corto plazo)
  • Un joven fragmentado
  • Sin un proyecto de vida
  • Individualismo
  • Ambiente erotizado

 

2.1. Rasgos de la sub-cultura juvenil

Maneras de pensar: Culto a la persona; dificultad para el raciocinio lógico; entienden más los signos que las palabras abstractas (Lo sustituye por un lenguaje simbólico para expresar sus nuevas vivencias); preferencia por lo vivencial sobre lo conceptual; desconfiados de lo que no comprenden; rechazo del mundo adulto, lo normativo y lo establecido; discernimiento por impresiones; sentido de riesgo y aventura; capacidad de procesar y recibir mucha información.

2.1.1. Valores:

Desapego de las cosas pero consumo exagerado; valor del presente; búsqueda de amigo especial y camaradería; solidaridad con el grupo, aún en lo negativo; sensibilidad por ciertos valores (paz, justicia, ecología); juzgar lo sexual más por el amor que por las normas externas.

2.1.2. Comportamientos:

Afán de novedades y sensaciones fuertes; buscar protagonismo en los grupos; convivir con el ruido; más festivos que alegres; relaciones intensas, pero fugases; temor al futuro; se siente bien en pequeños grupos.

2.1.3. Símbolos:

La música le da la posibilidad de matizar el volumen, la modulación, la rapidez más los efectos de luz le garantizan un placer sensorial múltiple; el tatuaje y perforaciones le identifican con el grupo que domina y defiende un determinado territorio o barrio; el carro que le da la sensación de fuerza, velocidad, facilidad de desplazamiento, independencia, mejora su imagen y le asegura una posición social; el cine y la televisión que le ofrecen dinero fácil al participar en los concursos; la computadora; el celular; la noche que le aleja de la familia y puede transgredir las leyes mediante el robo, el sexo, la droga, etc.; cuidado del cuerpo e imagen (dietas, gimnasio); videojuegos.

Toda esta ambivalencia y problemática explica las dificultades que tienen los jóvenes para establecer vínculos sólidos, estables y satisfactorios.

A las nuevas generaciones les impacta la ausencia casi total de escrúpulos para transgredir normas morales que, por otro lado, se siguen predicando. Este doble discurso de la sociedad que se expresa en códigos morales y jurídicos y se transmite a través de la educación, la familia, etc. va generando ese sentimiento de vacío y escepticismo. Consecuencia: escepticismo y falta de compromiso.

2.2. Con relación a la comunidad

No son dados a los compromisos políticos, más bien, existe un rechazo frente a los político. Prevalecen para ellos otros compromisos fundamentados en nuevos códigos culturales. Les interesa más la ecología y el envejecimiento de la sociedad que la política. Sus ideales son amor, paz, tolerancia, defensa de los animales.

2. Desafíos y retos para el presbítero

 

  • El joven necesita tener una experiencia fuerte de fe que dé seguridad y fundamento a todas sus respuestas. Debemos proponerle una experiencia de encuentro vivo y auténtico con Jesucristo para ser discípulo y misionero.
  • Necesita aceptar la pluralidad cultural en la expresión de la fe.
  • Para el joven, lo difícil adquiere un carácter de desafío apasionante, por tanto proponerle la vivencia de la santidad que les haga sensibles a los problemas sociales.
  • Para mantenerse fiel a los principios y ante la necesidad de apoyo precisa de un grupo, en donde pueda tener vivencias, crear nuevo lenguaje, confrontarse con la vida eclesial y con sus expresiones. Solo, queda expuesto y casi sin oportunidades de crecer.
  • Es necesario fortalecer la familia. Hoy la vida del joven no se desarrolla tanto en la casa, sino en la calle, la escuela, en los lugares de entretenimiento, etc. La falta de socialización con los hermanos, porque cada vez son menos los hijos, puede superarse en el grupo juvenil que le permita, también la educación en valores comunitarios.
  •  El joven necesita ser sensible a las necesidades de los pobres. El contacto con ello será el mejor cuestionamiento y respuesta al contexto cultural de una sociedad de consumo.

 

CONCLUSIÓN

Esta es la realidad nueva en la que se desarrollan las actuales generaciones adolescentes y jóvenes. Es necesario humanizar la ciencia, la tecnología, el arte, etc. y utilizarlos para el bien de la familia humana, los más fácil es satanizarlos. A todos estos desafíos tenemos que responder con un nuevo ardor, es decir, con entusiasmo y pasión, porque en la Nueva Evangelización hemos avanzado en nuevos métodos, nuevas expresiones, pero necesitamos más entusiasmo.

Es una realidad innegable de que los jóvenes son “una gran fuerza social y evangelizadora” (cf. Ecclesia in america, 47). Gran bendición de Dios fue la iniciativa del Siervo de Dios Juan Pablo II de establecer las Jornadas Mundiales y continentales de la Juventud invitándoles a ser valientes, a apreciar el valor del compromiso para toda la vida, a no temer al encuentro con Jesucristo vivo. Imposible olvidar la XX Jornada Mundial de la Juventud en Colonia con el Papa Benedicto XVI donde les dijo: “Estad plenamente convencidos: Cristo no quita nada de lo que hay de hermoso y grande en vosotros...” (Discurso en la Fiesta de acogida en el Embarcadero del Poller Rheinwiesen, Colonia, 18 de agosto de 2005).

La preparación hacia la VCG es una oportunidad para que los jóvenes reafirmen su vocación de “discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida”